Letra Incognita
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Cazares: Madriguera Maldita

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Mensaje por KayMA Vie Abr 16, 2010 10:28 pm

Capitulo 1: Arrivo

Bitácora del Detective Raul Olivar. 16 de Abril del presente año.

Han pasado siete dias desde que el Señor Cázares se suicido en la que fuera su hacienda tras verse rodeado por todo un regimen de nuestras patrullas tras haber conseguido las pruebas suficientes para encerrarlo de por vida por los cargos de violacion y homicidio de mas de 3 niños, 2 pequeñas y 2 mujeres aunque no pudimos comprobar el vinculo con el y otras 60 victimas desaparecidas hasta la fecha; en lo personal creo que la cifra es por mucho mas grande y no me queda la menor duda de que fue ese demonio el responsable de sus destinos.

Es por eso que en este momento nos dirijimos a su mansión en la hacienda, para buscar posibles cuerpos y obtener algunas pistas extras. Es un lugar muy apartado de las zonas pobladas, llevamos 2 horas de camino de terracería en el auto de la jefatura y aun no le veo fin aunque de acuerdo al mapa no estamos lejos ya. Hasta ahora no hay novedad alguna, estamos cansados y todo alrededor, fuera del alcance de nuestros faros se ve oscuro aunque recien vi un par de aquellas luces a las que el populacho llama brujas por los campos, quiza algunos campesinos que se fueron a emborrachar, no seria mala idea irles a interrogar, podrian haber sido empleados de Cázares.

Tenemos sueño, creo que lo primero que haremos al llegar....(Fin de la anotación)

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La luz del auto se ha apagado, Raul ya no puede seguir escribiendo, este le pregunta por que a Perez, el conductor asignado y uno de los 3 compañeros de la misión, como hombre de pocas palabras se limita a decir -Llegamos, despiertalo- refiriéndose a Muñoz el tercer agente.

Al bajar del auto notan las tiras de contención prohibiendo el paso y algunas señales en el suelo o desacomodadas lo cual extraña a Olivar -¿Y los guardias que nos deberian estar esperando? ¿Quien está cuidando el acceso?- se pregunta. -Ja ¿Desde cuando son responsables nuestros policias? Han de estar tan borrachos que no se pudieron levantar, te ha puesto a que son tus brujas que nos comentaste haber visto recien- Responde Muñoz quien rara vez se toma en serio las cosas y por el momento Olivar asiente aceptando esto como lo más probable.

Perez se dirige a la puerta de entrada, los demás le dan alcance cuando Olivar se detiene un instante al creer verse mover una cortina de una de las tantas ventanas de aquella mansión que al menos bajo el cobijo de la noche lucia tan lúgubre sin embargo su atención se desvia rápidamente al auto cuyos faros acaban de apagarse dejando todo en tinieblas. -¡Mierda! La bateria debió bajarse, a la fregada, mañana checo ese vegestorio- Exclama Muñoz antes de reflejar su cansansio con un largo y profundo bostezo.

Apenas abre Perez cuando un coro de crujidos y rechinidos se dejan escuchar por toda la mansion y los ecos podrian confundirse con las risas esquizofrenicas de alguna hiena en agonia -¿Escabrozo no?- Murmura Perez mientras pasan al interior -Nah, la oficina del jefe es escabroza- bromea Muñoz -La luz no sirve pero encontre velas ¿tienen fosforos?-Interrumpe Olivar; Perez le pasa un encendedor y al encender aquellas velas vislumbran el interior de la mansion, aún mas tétrico que el exterior.... (Fin capitulo 1)

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Capítulo 2: Caos

Bitácora del Detective Raul Olivar. (Continuación)

Hemos llegado a la Hacienda de Cázares, me encuentro en una de las habitaciones a la luz de una vela pues la instalación eléctrica está fallando en varias partes de la mansión, no hay rastro de los guardias que debían recibirnos, pensamos que se han ido a emborrachar por ahi, con estas notas no olvidaré reportarlos al solo estar de regreso en la estación. Es tétrico, todo aquí, tan solo en el camino a las habitaciones vimos algunas paredes arañadas e incluso algunas manchas de sangre; ese maldito tan solo dejó de preocuparse por tapar sus crimenes, así fue como lo agarramos, en fin, aun no hay nada nuevo que añadir a los reportes es escena del crimen pero no creo que sea dificil hayar pistas de las otras victimas o incluso sus cuerpos, mierda, tan solo de pensar en las porquerias que debieron suceder en esta misma cama...por eso he traido mis propias sabanas, eso y que las originales se encuentran en el departamento de evidencias.
Me parece que alguno de los demás sigue despierto, me parece que acabo de ver a alguno pasar pero yo estoy dispuesto a dormir, no soporto mas el cansancio. (Fin de la anotación)

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Pero no fue posible para Olivar, unas risillas acalladas comenzaron a escucharse -Muñoz...- se dijo el cansado Raul tapándose con sus cobijas, queriendo ignorar aquel chirriante sonidito pero de pronto escuchó algo quebrarse lo que lo decidió a levantarse e ir a reclamarle a su compañero.

Se puso sus mocazines y al dar el primer paso a la puerta vio una figura desplazarse hacia la habitación de Muñoz seguido de un portazo -*agh*- refunfuño Olivar cada vez más enojado, caminó veloz hacia la puerta y salió de su habitacion. -¿Que diablos?- se preguntó en extremo desconcertado y alarmado al ver un pequeño enano encapuchado con un hábito negro del lado opuesto a la habitación de Muñoz bajando aprisa por las escaleras. Por instinto Olivar entró y salió de su habitación para recoger su arma guardada en su maleta abierta y fue a la caza de aquel pequeño intruso mientras gritaba -¡Detengase! ¡Policia!- y llamando a sus colegas a toda voz -¡Muñoz! ¡Perez! ¡Necesito apollo aquí despiertence cabrones!- Mientras bajaba las escaleras tan rápido como podía pero al llegar a la planta baja se detuvo, empezó a buscar al sospechoso con la vista con el arma cerca de su rostro apuntando al techo. Inspeccionó la puerta, habian cerrado con llave y así seguía "El cabrón ya estaba dentro de la casa cuando llegaron o se metió de alguna manera" pensó pero unos pasitos se escucharon en el primer piso y terminó con su concentración y subió de inmediato. La puerta de Muñoz estaba abierta y Olivar se acerco a esta lentamente mientras llamaba en un tono de alerta pero casi susurrando -¡Muñoz! ¡Muñoz ¿Me escuchas? ¿Estás bien? ¡Muños responde!- hasta que paso a paso llego a la puerta y de reojo se asomó, no parecía haber peligro, con precaución pasó, no veía a muñoz pero encontró su veladora la cual encendió con los fósforos que estaban a un lado, cuando la visión se aclaró un poco vió con horror que la cama de Muñoz estaba empapada de sangre y con lo que parecia carne molida regada por todo el lecho y mas extraño aun una perforación casi al centro de la cama, un hoyo como de 20 cm de diámetro. Raúl quedo horrorizado, en shock, ya habia presenciado cosas horribles en toda su carrera pero nunca antes algo tan grotesco; con la mirada saltó a cada rincón de la habitación como buscando algún peligro, algún culpable, quizá nada en especial, solo un lugar donde escapar del horror pero sus esfuerzos fueron en vano pues lo unico que encontró fue un brazo, incluso pudo reconocer el reloj de la muñeca, no habia duda, era el brazo de Muñoz.

Olivar se tapó la boca, estaba apunto de volver el estomago cuando el sonido ensordecedor de un arma estalló una, dos, tres veces asustando al detective mientras agachaba la cabeza y se cubria con sus brazos, cerrando los ojos al escuchar un chillido espantoso de dolor; se sentía aterrado, por unos cuantos segundos vueltos una eternidad no pudo reaccionar pero juntando algo de valor entre abrio sus ojos alcanzando a ver 2 enanos mas pasadno a toda velocidad por el corredor, segundos después la puerta de esta habitación comenzó a abrirse y Olivar reaccionó a esto disparando con terror a la puerta -¡HEY! ¡Alto al fuego, soy Perez no dispares!- alertó Perez a un muy nervioso Raúl Olivar cuyas manos no dejaban de temblar mientras trataba de apuntar a lo que saliera de la puerta. (Fin Capitulo 2)
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Cápitulo 3: Infierno

Raúl volvió a disparar hacia la esquina superior de la puerta -¡QUE SOY YO CON UN CARAJO! ¡PEREZ! ¡PEREZ!- repitió calmando un poco al nervioso agente -¿P-p-p-erez? - vaciló Raúl. Al instante siguiente Perez asomó una de sus manos y respondió -Asi es, tranquilo, voy a entrar-

Mientras aparecia a la vista y entraba Raul bajó su arma mientras retrocedía sin girarse hasta llegar a la orilla de la cama donde la sangre que habia salpicado hasta allá ya había secado; Olivar agachó su cabeza mientras la sostenía con sus manos.

-Oh dios mio ¿Pero que ha sucedido aqui? ¿y Muñoz? -preguntó Perez totalmente desconcertado mas que asustado, su compañero no respondio por unos instantes, pasó sus manos sobre su boca en posición de oración; ahora tenía su mirada al frente, algo perdida pero también indicaba que se estaba recuperando de aquel shock, tomó aire y respondió -Creo que...creo....creo que lo estás viendo, o lo que queda de el.- Ahora quien guardó silencio fue Perez quién frunció el ceño al escuchar la respuesta. -¿Que diablos está sucediendo? ¿Quiénes eran esos malditos asesinos?- añadió Raul. -Quizá seguidores de Cázares. No hay señal en los celulares, vayamos por la radio del auto y reportemos el incidente para esperar órdenes.-

Ambos agentes se pusieron en marcha con toda la precaución posible, salieron de la habitación, bajaron las escaleras y llegaron hasta la puerta, abrieron los cerrojos y entonces pasó. La puerta...no tuvo problemas al abrir, sin embargo el exterior no era como lo recordaban, el escenario fué frustrante, aterrador, la casa parecia estar ahora en medio de la inmensidad de un mar, sin tierra a la vista en quien sabe cuantos kilómetros y en una especie de moco guinda en la superficie en vez de agua extendiéndose mas allá de lo que la vista alcanzaba a ver, con un cielo rojizo como si estuviera por anochecer pero con nubes totalmente rojas como la sangre. Seguido de aquel océano limoso podian verse burbujas emerger y reventarse mientras todo el flujo corria lentamente en una sola dirección como en un rio, sin embargo la mansión parecia estar fija pero sumergida en buena parte, a centímetros de la puerta.

-¡Puta madre! ¿¡qué es esta mierda!? ¡qué!-Exclamó Olivar mientras se tiraba del cabello totalmente incrédulo y asustado. -Imposible.....-murmuró Perez cuyos ojos no pudieron ocultar la impresion de aquel desolador y sobre todo extraño escenario -¿Y los autos? ¿los árboles? ¿A donde se fue toda la puta tierra? No puede ser, tiene que ser una maldita pesadilla...¿Perez?- Raul llamó a su compañero con algo desesperación de no escuchar nada de el. -Esto no es cosa de Cázares, no es humanamente posible...-Respondió su compañero quien se concentraba lo más pobile para tratar de pensar en algo, lo que fuera. -¿Estás diciendo que se trata de algo sobrenatural? Mierda si no lo estuviera viendo llamaria a los loqueros para que vinieran por ti Perez, pero entonces ¿esos no eran seguidores de Cazares? ¿entonces que....?-Raul interrumpe sus palabras al ver como parte del limo cercano empezaba a alzarse y a estirarse hacia su ubicación -¡Volvamos a entrar! ¡rápido!- exclamó Perez al ver que se dirigian hacia ellos cual mano que quiere alcanzar algo, no dejaba de acercarse, venía por ellos y no querían saber que pasaría si eran alcanzados; volvieron adentro pero antes de poder voltearse el sonido de una motosierra les ensordeció y para cuando Raul se giró la cabeza de Perez estaba siendo partida en dos por esta convencional herramienta.

Jamás Olivar vió un ser tan grotesco, quien estaba rebanando a Perez era una figura "humana" obesa, de una piel en un tono de azul repulsivo, un tono que solo habia visto en la piel muerta en escenas del crimen, unos brazos gordos, marcados sin llegar a musculosos pero si venosos; una placa de metal, mas como una máscara le forraba completamente la cabeza hasta terminar en la nariz, dándole forma de antifaz y como uno de estos existían las aberturas para los ojos pero estos no se veian, solo eran dos pequeños huecos profundamente oscuros de 1 centímetro de diámetro cuando mucho, lo único que vestia eran unos viejos jeans rasgados sobre todo de las espinillas, sin camisa, sin calzado dejando al descubierto un par de muy sucios pies con unas uñas largas y quebradas del borde; pero si algo se repetía en todo el cuerpo eran manchas de sangre vieja y seca combinadas con las frescas que le salpicaban.

Tiró a Perez sin sacarle la sierra, por el contrario, se la clavaba mas y mas, con saña, con odio; luego de la misma forma empezó a atravezarlo una y otra vez por todas partes, la sangre n dejaba de brotar de todos los orificios, la sierra no dejaba de salpicar y aquella cosa no dejaba de jadear pero pronto un balazo detuvo tal brutalidad.

Del cuerpo del asesino brotó un liquido negro muy espezo por aquel orificio causado por el impacto del proyectil pero no parecia haberle afectado, la motosierra se habia apagado y la ateción de aquello estaba ahora en Olivar quien le apuntaba -¡No te muevas o te chingo cabrón!-gritó el agente que continuaba con vida. El monstruo tiro de la cuerda de su mortal herramienta para encenderla de nuevo, cuatro veces lo hizo hastaque prendió, la saco de Perez apoyando su pie en el y la alzo y agitó en un acto de intimidación pero de inmediato más disparios siguieron; el obeso empezó a avanzar con calma, los balazos no le hacian ningún daño significativo, Olivar recargó municiones y siguio disparando pero parecía ser inutil hasta que una de las balas impacto en el tanque de la sierra explótandole directamente al horrible ser, dejando ciego y zordo a Raul por unos breves instantes. Cuando la vista le regresó y a los oidos les quedaba solo un zumbido notó al asesino en el suelo, totalmente tirado, con parte de la piel quemada y otras partes despellejadas.

-¡Hey Raull! ven, por aqui-Una voz llamó al detective, una voz ciertamente familiar -¿Muñoz? ¡caramba estás con vida!-dijo Olivar al ver a Muñoz llamándolo desde las puertas que llamaban a la sala del comedor, este solo le hizo señales de que lo siguiera y desapareció tras aquellas puertas.

(Fin capítulo 3)
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KayMA

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